viernes, 14 de abril de 2017

extracción de un perfume

Extracción con disolventes volátiles. El factor más importante para lograr el éxito en este método es la selección del disolvente. El disolvente debe (1) ser selectivo esto es, disolver rápida y totalmente los componentes odoríferos, con sólo una parte mínima de materia inerte, (2) tener un bajo punto de ebullición, (3) ser químicamente inerte al aceite, (4) evaporarse completamente sin dejar cualquier residuo odorífero, (5) ser de bajo precio y, de ser posible, no inflamable. Se han empleado muchos disolventes, pero el mejor es el éter de petróleo altamente purificado y el benzeno es el que le sigue. El primero se prepara por rectificación repetida y tiene un punto de ebullición no ma­yor de 75°C. Cuando se utiliza benceno, se purifica en especial por cristalización repe­tida. El equipo de extracción es complicado y relativamente costoso; consiste en alam­biques para fraccionar el disolvente, baterías para extraer las flores y recipientes para concentrar las soluciones de aceites florales. Los dos tipos de extractores usados son el estacionario y el rotatorio.
En el proceso rotatorio el aceite se extrae a contracorriente. Los tambores de 1325 L con chaquetas para vapor giran en un eje horizontal y se dividen en compartimien­tos por placas perforadas situadas en ángulo recto al eje. Se cargan alrededor de 135 kg de flores al primer tambor junto con 575 L de éter de petróleo que ya ha sido pasado por los otros dos tambores. El tambor y su contenido se rotan en filo por una hora y por media hora adicional con vapor en el enchaquetado. El disolvente saturado se bombea a la marmita de recuperación y las flores del tambor se tratan dos veces más, la segunda vez con el disolvente una vez usado y la última con disolvente fresco de la marmita de recuperación. Las flores extraídas se secan con vapor para recuperar el di­solvente de impregnación. Cerca del 90% del disolvente se evapora a presión atmosfé­rica y el resto se elimina con vacío. Después de que el disolvente se elimina en cual­quier proceso, el residuo semisólido contiene el aceite esencial, junto con una variedad de ceras, resinas y material colorante de los brotes. Esta masa pastosa se conoce con el nombre de concreto. A su vez, se trata con alcohol frío en el cual la mayor parte de las ceras y resinas son insolubles. La pequeña cantidad de material indeseable disuelto se elimina al enfriar la solución a -20°C y con una filtración posterior. El líquido final contiene el aceite esencial y algunos colores de las flores solubles en éter y se conoce co­mo un extracto. Cuando el alcohol se ha eliminado, permanece un absoluto.
En algunos aceites existe una gran cantidad de terpenos. Esto sucede especial­mente con los aceites de limón y naranja, que contienen hasta 90% de d-limoneno en su composición normal. No sólo son de poco valor los terpenos y sesquiterpenos para la fuerza y carácter de los aceites, sino que también se oxidan y polimerizan rápidamente en reposo para formar compuestos de un sabor fuerte semejante a la trementina. Ade­más, los terpenos son insolubles con la baja intensidad del alcohol empleado como di­solvente, por lo que forman soluciones oscuras que se aclaran con dificultad. De aquí que sea deseable eliminar los terpenos y sesquiterpenos de muchos aceites. Este tipo de aceites, por ejemplo el de naranja, es 40 veces más fuerte que el original y produce una solución transparente en el acohol diluido El aceite tiene ahora una muy pequeña ten­dencia a enranciarse, aunque no tiene la frescura del original. Estos aceites tratados se etiquetan “lts” (libre de terpenos y sesquiterpenos). Debido a que cada aceite tiene una composición diferente, la desterpenación requiere un proceso especial. Se pueden aplicar dos métodos, ya sea la eliminación de terpenos, sesquiterpenos y parafinas por destilación fraccionada a presión reducida, o la extracción de los compuestos oxigena­dos más solubles (principales portadores del olor), con alcohol diluido u otros disol­ventes.
Es muy común la práctica de adulteración o falsificación en este campo, a causa de la naturaleza compleja y los altos precios que tienen muchos aceites esenciales. Es­tos productos de adulteración al principio fueron muy difíciles de detectar en la mayoría de los casos ya que, hasta lo posible, se emplea una mezcla de adulterantes que no cambie las propiedades físicas del aceite. Los agentes comúnmente más utiliza­dos son alcohol, aceite de cedro, trementina, terpenos, sesquiterpenos y petróleos líquidos de baja gravedad específica. Con la aparición en el mercado de muchos éste­res de glicol y glicerol se ha incrementado la dificultad de detección, ya que estos com­puestos son incoloros y prácticamente inodoros y se puede hacer una combinación ade­cuada para simular cualquier especificación de gravedad específica e índice de refrac­ción del aceite que se trata de adulterar. La moderna aplicación de la cromatografía de gases (CG) ha hecho detectar fácilmente aun pequeñas cantidades de agentes adul­terantes. El aceite de rosas se puede falsificar con geraniol o una mezcla de geraniol y citronelol; algarroba y aceite de abedul dulce se mezclan con grandes cantidades de salicilato de metilo sintético, y el aceite de limón se adelgaza considerablemente con citral que proviene del aceite de hierba de limón.
Aislados. Los aislados son compuestos químicos puros cuya fuente es un aceite esencial u otro material perfumante natural. Algunos ejemplos importantes son euge­nol de aceites de clavo, pineno de la trementina, anetol del aceite de anís y linalol del aceite de linaloa (bois de rose).

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