viernes, 23 de marzo de 2012

El Museo Bellerive de Zúrich envases de perfumes



El Museo Bellerive de Zúrich presenta una exhibición para personas de olfato exigente y gusto refinado. Se trata de una rica y variada colección de envases y estuches de las marcas más conocidas y apreciadas de perfumes de todos los tiempos.


Concebido como un verdadero objeto de seducción, el perfume ha dado lugar a toda una industria de diseños originales, desde frascos y envolturas sugestivas hasta carteles y vídeos publicitarios que han contribuido eficazmente a la difusión de este valioso accesorio de lujo.

Un panorama completo de lo que ha sido el desarrollo de la industria perfumera se muestra a través de un viaje por exquisitas fragancias que se remontan a la Antigüedad para llegar a nuestros días.  

Tradición francesa

¿Cuál es el criterio de selección al comprar un perfume? ¿Por qué el cliente se siente más atraído por un estuche que por otro? ¿Qué despierta su olor o aroma en la percepción de cada persona?

El olor es un componente que hace destacar la personalidad de cada individuo. De ahí la gran variedad de fragancias que hay a la disposición del público. Fue el diseñador francés René Lalique, el precursor de la perfumería moderna, quien creó en París para las casas de alta costura maravillosos envases de perfumes inspirados en la mitología, la flora y la fauna.

El más adecuado de entonces era sin duda el frasco que se producía con la técnica del cristal prensado. Ofrecía grandes posibilidades para hacer complicados diseños ornamentales, plantas, flores o guirnaldas, todos ellos elaborados bajo la influencia del estilo Art Nouveau.

De ahí en adelante los envases con sus delicados taponcillos de cristal, trazados con formas caprichosas y los juegos de transparencia y opacidad que se creaban en su interior, fueron el espacio ideal para mantener la preciosa esencia aromática.

Pasión por la presentación de aromas

A principios del siglo XX, la manufactura del cristal de Baccarat inauguró una nueva era en la historia de las fragancias. En 1911 se creó para la casa de modas Paul Poiret el frasco para la conocida marca, Les Parfums de Rosine.

De hecho, fue Paul Poiret el primero en lanzar una línea de perfumes que destacaba el estilo de sus propias creaciones de alta costura. A partir de entonces comenzaron a surgir prestigiosas marcas como Worth o, en 1921, el ícono del diseño purista de la perfumería francesa, Chanel No.5.

Años después, hacia 1946, el pintor Salvador Dalí creó Le Roi Soleil para Elsa Schiaparelli. Se trataba de un audaz y elegante estuche a manera de concha de mar, donde se encerraba la preciada esencia en un frasco de cristal de forma piramidal, cuyo taponcillo representaba un resplandeciente sol, símbolo indiscutible del monarca Luis XlV.

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