jueves, 26 de enero de 2012

Marilyn Monroe Solo duermo con unas gotas de Chanel Nº5


Chanel Nº5, el perfume que vistió Marilyn Monroe
Marilyn Monroe sigue ejerciendo un enorme poder de seducción casi 50 años después de su muerte. / Archivo
Ni la mayor campaña publicitaria podría haber conseguido lo que Marilyn Monroe logró con una sola frase: "Solo duermo con unas gotas de Chanel Nº5". Aquella confesión de la actriz durante una entrevista en los años 50, cuando empezaba a despuntar como símbolo sexual, dio al perfume ese estatus mítico y sensual que sigue disfrutando tras 90 años de vida.
Cuenta la leyenda que tras la íntima confesión de la actriz americana los hombres hacían cola en las tiendas para regalar a sus novias un frasco del aroma que vestía cada noche Marilyn. No obstante, el éxito acompañó al perfume desde sus orígenes.
A comienzos de la década de los 20 Coco Chanel disfrutaba del reconocimiento del mundo de la moda con sus boutiques de París, Deauville y Biarritz. Agradecida por el éxito que gozaba, la diseñadora pensó que un perfume sería el regalo idóneo de Navidad para sus mejores clientas, pues "una mujer sin perfume es una mujer sin futuro", decía.
El encargado de elaborar la fragancia fue Ernest Beaux, un afamado perfumista que trabajaba para la familia real rusa. Tras varios meses de pruebas, en 1921, Beaux presentó a Coco diez muestras, numeradas del 1 al 5 y del 20 al 24. Coco solo llegó hasta la quinta: "Por fin un perfume de mujer con olor a mujer", dicen que comentó. Tampoco tardó demasiado en elegir el nombre: 'Nº 5'. Era su número de la suerte.
Moderno y totalmente distinto a lo que se usaba en esa época, Chanel Nº5 estaba inspirado - según su creador- en el sol de medianoche del Círculo Polar Ártico, cuando los lagos y los ríos exhalan un aroma de extremo frescor. Estaba compuesto por rosa, jazmín, flor de naranjo amargo, sándalo, vainilla y vetiver, entre otros ingredientes, y que además contenía aldehídos -un compuesto orgánico que se obtiene de la oxidación de alcoholes primarios- que aumentaba la potencia olfativa. Se rumoreó que el perfume fue en realidad el resultado de un error de laboratorio. La asistente de Beaux había añadido una dosis de aldehído en una cantidad que nunca antes se había usado.
El éxito entre sus clientas fue tal que Coco decidió poner oficialmente el perfume a la venta en 1922. Dos años después, Jean Helleau creó el diseñó del frasco con el que hoy día se conoce el perfume. Alejado del estilo de la época, presentó un envase Art Deco, con forma sobria y depurada. Considerado un objeto icónico fue expuesto en el Museo de Arte Moderno de Nueva York e inspiró a Andy Warhol para una de sus conocidas serigrafías pop art.
El mito que rodeo al perfume pervive tras casi un siglo de vida, quizá por ello sigue siendo el perfume preferido por las mujeres -dicen que un frasco de Chanel Nº5 se vende cada 30 segundos-.

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