Gabrielle Chanel tuvo una infancia desgraciada. Nacida en Bonheur, en Saumur en 1883 perdió a su madre a los doce años y su padre la ingresó en el orfanato de Corréze.
En 1910 se instaló en el número 21 de la parisina calle Cambon y abrió la primera tienda de modas. A la celebridad de sus sombreros se le unió pronto la de sus vestidos. Fue la primera en explotar el diseño del atuendo deportivo con un género hasta entonces despreciado o minusvalorado: el género de punto. La Guerra Mundial obligó a adoptar a la mujer una vestimenta práctica, sin corsé, con jersey levita, o vestido camisa, todo ello para facilitar sus movimientos en la fábrica, o en su nueva conquista: la oficina.
"Una mujer que no se perfuma no tiene porvenir" solía decir repitiendo una frase de Paul Valery, uno de tantos amigos.
"Una mujer que no se perfuma no tiene porvenir" solía decir repitiendo una frase de Paul Valery, uno de tantos amigos.
Fue una de las primeras en asociar perfume y costura, "Chanel No 5". Su perfume, que tenía que ser único, no podía parecerse a ningún otro. Su estilo fue sencillo, práctico, elegante. La solución la encontró en Ernst Beaux, el mejor compositor de perfumes de la época.
Al famoso No 5 le siguió el No 22, Cuir de Russie, Gardenia y Bois des Illes. También lo hicieron el No 19 (día de nacimiento de Chanel), "Pour Monsieur", "Cris talle" (femenino) y "Antaeus pour homme". Falleció en París rodeada del éxito en 1971.
Al famoso No 5 le siguió el No 22, Cuir de Russie, Gardenia y Bois des Illes. También lo hicieron el No 19 (día de nacimiento de Chanel), "Pour Monsieur", "Cris talle" (femenino) y "Antaeus pour homme". Falleció en París rodeada del éxito en 1971.
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