El universo de la perfumería tiene aromas clásicos que han resistido el paso del tiempo, como el inconfundible Carolina Herrera (1988) o el inmortal N°5 (1921), de Chanel. http://lasmuestrasenelperfumedelafragance.blogspot.com/
Hoy, la tendencia de muchas casas tiende a reinterpretar sus fragancias más emblemáticas para darles un nuevo impulso entre los consumidores.
Para Françoise Donche, olfactóloga de la firma francesa Givenchy, es como un cuadro al que el pintor añade matices ínfimos. La experta explica que el retrato sigue siendo el mismo, pero va adoptando un aspecto ligeramente diferente, que lo hace más moderno.
No se trata de modificar drásticamente el aroma, sino de añadir o sustituir algunos ingredientes, sobre todo, en las notas de salida, las primeras que se perciben de un perfume.
En 1989, la firma francesa Guerlain presentó uno de sus grandes éxitos, el perfume floral-oriental Samsara. A pesar de la buena aceptación que tuvo, en 2002, se dio a conocer Samsara Shine, más frutal y floral, construido como un juego de contrastes, notas verdes, cítricos frescos con un dulce corazón floral y notas de bayas rojas y jazmín, haciéndola más sensual.
- Nuevas versiones
En 2003, Givenchy lanzó Very Irrésistible, una fragancia chispeante y espontánea creada a partir de la combinación de cinco tipos de rosas, complementada con anís estrellado. Desde entonces, han sido varias las interpretaciones que ha tenido este aroma.
Dos años más tarde, en 2005, se dio a conocer un eau de parfum más sensual que tenía pachulí y notas superiores verdes y afrutadas. En 2008, se lanzó Absolutely Irrésistible, una versión más elegante y sexy, un floral amaderado con toques de jazmín.
En este terreno, el irreverente francés, Jean Paul Gaultier, no se queda atrás. En 1993, lanzó su Classique con enigmáticas notas orientales y florales, un aroma femenino con una mezcla de ámbar fresco picante, vainilla, madera y sándalo.
En marzo próximo la fragancia jugará una nueva carta: X, que exaltará la sensualidad, la elegancia y la sutilidad, con azahar y notas de madera, a las que también se añadió peonia, iris y vainilla.
Para celebrar el amor y la vida, el japonés Kenzo Takada se une a las reinterpretaciones olfativas. Amour (2006), con notas florales y almizcladas, se renueva hasta en el frasco, ahora más grande. Indian Holi lleva flor de cerezo y bayas rojas.
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